martes, 6 de mayo de 2014

REFLEXIÓN


Es una verdad de nuestra fe, que nuestra fe descansa en Dios. Dios se ha revelado en plenitud en Jesucristo, realidad que  se recoge en todas  las  manifestaciones que Dios hizo por medio de los profetas, del  pueblo de Israel, y de todos los hombres de Dios que le sirvieron de instrumentos para darse  a conocer, dar a conocer sus bondades. Es claro, que Dios se ha revelado y se sigue revelando por medio de la Biblia, la tradición, magisterio y los signos de los tiempos. La revelación de Dios tiene que ver con la revelación de su Voluntad (Rom. 12,2).  Desde que el hombre quiso ser como Dios (se inclinó al pecado), Dios quiso redimirlo y salvarlo, y el libro de la Biblia es un libro de salvación, cuyo propósito es la reconciliación con Dios. Dios quiere que cada uno de los seres humanos conozca este mensaje y quien lo conoce, conoce a Dios, y conocer a Dios implica dejarse amar por Él y oír a su Voluntad. El Antiguo Testamento en sus relatos invita al hombre a responder a la Voluntad de Dios.  Cuando hablamos de obedecer a Dios, hacer su voluntad, estamos hablando de la respuesta relacional del hombre para con Dios. Estamos en el campo de lo que se llama "la ética". La ética es la "ciencia" de la conducta que presupone responsabilidad y ésta, a su vez, presupone libertad. "La ética en sentido teológico, es ser responsables ante Dios por todas las relaciones que tenemos que vivir mientras él nos permita existir en este mundo". Las decisiones éticas participan de la sustancia de la existencia humana. Cada dí­a y cada momento confrontamos decisiones éticas cada vez más complejas. Lo que Dios requiere del pueblo de Israel y de sus miembros es lo que por definición se estima bueno. Todos nuestros actos tienen que estar bajo la línea de la “ética”, para que no confrontemos y el mundo se mueva en un orden y armonía en todos los  acontecimientos. Es evidente que en muchos pueblos la conducta humana se relaciona estrechamente, con las enseñanzas de la Biblia en la que encontramos el modo de ser del Dios que se reveló así mismo en los acontecimientos de la historia de Israel.
Cuando Isaías contemplaba la grandeza "moral" de Dios en el templo, ve su indignidad y toma conciencia de lo inepto que es para cumplir con la misión que Dios le ha confiado (Isaías 6, 5). Igualmente, cuando Abraham intercede por dos ciudades corruptas, nos quiere enseñar lo mismo, que a Dios le preocupa la conducta de los individuos. (Génesis 18, 16-33)
Nuestras decisiones éticas dependen de nuestro deseo de hacer la voluntad de Dios, lo bueno, lo perfecto, lo que  agrada: el amor. Nuestra escala de prioridades y nuestra escala de valores. Estas prioridades y valores dependen de nuestra perspectiva de la vida, de nuestra cosmovisión, o podemos decir de nuestra teologí­a. Puesto que todos los creyentes tienen que hacer decisiones éticas, es de suma importancia que todos hagan teologí­a conscientemente. Es en la ética donde la teologí­a se aplica más a la vida cotidiana. Si hacer teologí­a es apelar a los principios bí­blicos a todo aspecto de la vida, entonces todos los cristianos están llamados a "teologizar".

He aquí­ un desafí­o para todos los lí­deres cristianos: capacitar y orientar a todos los creyentes para "teologizar", para reflexionar sobre su vida cotidiana a la luz de las enseñanzas bíblicas. Es la responsabilidad de toda la iglesia, aunque también hace falta que cristianos de profesiones especí­ficas (médicos, abogados, comerciantes, etc.) se junten para reflexionar sobre sus dilemas éticos particulares y cómo actuar a la luz de los principios bí­blico. 


LA HISTORIA DEL PUEBLO ESCOGIDO POR DIOS


AMÉRICA LATINA
ANTIGUO TESTAMENTO

"Cristo es la plenitud"

                            

lunes, 5 de mayo de 2014

Existe un libro el cual ha sido traducido a más de 2300 idiomas y dialectos, es conocido en el mundo entero y ha marcado la Historia de la Humanidad.


"LA SAGRADA BIBLIA"


¿QUÉ ES LA BIBLIA?